Los diputados del Partido Conservador han votado en contra de la propuesta de moción de censura interna contra Johnson planteada tras la publicación de cartas de censura por parte del 15% de la bancada tory.
El premier británico ha superado así los 180 votos para mantenerse en el poder, aunque la historia apunta a que incluso si los logra por un estrecho margen, su futuro es incierto, ya que en este tipo de situaciones, un primer ministro al final es destituido.
El propio Johnson afirmó cuando su antecesora, Theresa May, se sometió a esta moción de censura y logró un 63% de apoyo que fue «un muy mal resultado, mucho peor de lo que parece».
Por eso, como Johnson ha conseguido menos de 226 votos ha sido un duro revés porque supone un resultado peor que el de May, que finalmente abandonó el cargo seis meses después de la moción de censura interna.
Johnson ha considerado que su victoria en la moción de censura es «convincente» y ha aseguradi que tiene intención de «seguir adelante» al frente del Ejecutivo.
El mandatario conservador ha defendido que el respaldo que ha recibido hoy por parte del 59% de sus diputados es mayor que el que tenía cuando lo eligieron para dirigir el partido en 2019.
Johnson ha descartado además el adelanto electoral. «Ciertamente no estoy interesado en elecciones anticipadas. En lo que estoy interesado es en cumplir con los ciudadanos de este país», ha señalado.
Uno de los primeros en reaccionar al resultado de la moción de censura interna ha sido el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer. «La elección está incluso más clara que antes: unos 'tories' divididos que apoyan a un Boris Johnson sin un plan para afrontar nuestros problemas o un Partido Laborista unido con un plan para arreglar la crisis de la subida de los precios y restaurar la confianza en la política. El laborismo volverá a poner a Reino Unido en el buen camino», ha argumentado.
En el partido Conservador, sus detractores también acaban de poner en marcha la cuenta atrás para Johnson. Exministros cesados, escépticos del confinamiento o electos que temen perder su escaño por el lastre que supone Johnson se han vuelto contra el primer ministro en otra despiadada y ya habitual rebelión interna conservadora.
Aunque en su discurso a los electos tories previo a la votación ha esgrimido su fuerza electoral que le llevó a conseguir la mayoría absoluta en 2019, su popularidad ha caído en picado del 66% de opiniones favorables en 2020 al 26% en las últimas encuestas y el 60% de los británicos creen que debería dimitir.
Pero de Johnson se dice que tiene siete vidas y espera confirmar su capacidad de salir indemne de muchas crisis.