Es habitual que la procesión de San Fermín sirva de termómetro a la valoración social del Gobierno municipal, y en este 2022 el alcalde de Navarra Suma, Enrique Maya, ha sido recibido con pitos al final del recorrido. No solo ha ocurrido en la calle Curia, donde esto ya suele ser norma, sino también en puntos de la calle Mayor, que habitualmente concentra a grupos de personas más afines a UPN.
No obstante, la situación ha resultado especialmente tensa en el inicio de la calle que sube a la catedral, donde se han cruzado golpes entre quienes reprochaban su actitud al grupo de la Alcaldía y policías municipales.
Tres de estos últimos han recibido atención en el lugar y también ha habido contusionados entre las personas que esperaban al paso de la Corporación. Uno de los agentes ha sido intervenido quirúrgicamente por un golpe en la nariz.
Policías y asistentes se enzarzaron cerca del bar Temple, justo al comienzo de Curia. Más allá del cruce de golpes o empujones, este incidente hizo que toda la escolta municipal de uniforme se atascara al inicio de la calla, mientras que la corporación vestida de gala continuó adelante, ya sin protección.
Los escoltas personales del alcalde, Enrique Maya, le han cogido por el hombro y han avanzado a toda prisa por las decenas de metros que restaban antes de alcanzar la catedral. Es en ese momento cuando la concejala de Navarra Suma, María Chávarri, ha ido al suelo. Vistas una y otra vez las imágenes, parece descartable por completo que la edil cayera por acción de algún tercero. Más parece que fue fruto de las prisas que imprimieron los policías de paisano para acabar con el paseo cuanto antes.
El alcalde, sin duda, ha vivdo momentos se angustia agazapado a la fuerza por su escolta personal. Además de eso, le han tirado cerveza en la chistera, que ha quedado manchada de blanco a causa de la espuma. No ha sido el primero de los componentes de la procesión a los que les cayó sobre el sombrero bebida entre gritos y empujones. También le han lanzado bebida a la cara a la conceala del PSN, Maite Esporrín.
El encargado de abrir el cabildo catedralicio, vestido con un manto decorado con oropeles y un gorro de tres puntas, ha sido regado de arriba a abajo y terminó la ascensión de la cuesta tratando de secar su peculiar gorro. Esta persona se ha encarado con varios de los asistentes antes y después de que le vaciaran un vaso sobre la cabeza.
No resulta para nada habitual que a los participantes de la procesión se les lancen líquidos. Tampoco lo es que la corporación tenga que cruzar la calle sin cordón policial que les proteja. Las tensiones del día 7 se dan en un punto muy concreto y es inconcebible un fallo de seguridad semejante.
Concejales y alcalde han subido tres cuartas partes de la calle sin protección
Concejales y alcalde subieron tres cuartas partes de la calle sin protección. Y, tras ellos, han subido entre zarandeos dos cordones con decenas de policías sin que hubiera nadie en el centro. Solo han empujado a izquierda y derecha para abrirse paso ellos. Después, ha llegado ya la Pamplonesa tocando instrumentos y haciendo bailar al personal.
Cabe remarcar que en Curia hay grupos de personas críticas con la gestión municipal y otros que acuden allá a aplaudir. UPN y la derecha en Nafarroa sufre mucho a causa de este final de la procesión. Hasta el líder de Navarra Suma, Javier Esparza, ha acudido a acallar con palmas los gritos de los demás.
Pese a que en la calle están hombro con hombro detractores y palmeros del Gobierno municipal no se ha producido incidente alguno entre los asistentes. Nadie va a Curia a pegar a nadie premeditadamentre. Eso sí, la tensión de esos minutos es enorme y un mal uso del dispositivo de seguridad, un fallo como el de esta mañana, puede hacer que todo se tuerza.
Aunque la tensión fue mayor que otros años, el descenso de los ediles tras acompañar al cabildo hasta la catedral, se ha producido sin incidente alguno. En esos momentos, sí que el cordón policial se ha interpuesto debidamente entre la corporación y el gentío. Ha pasado apenas un cuarto de hora, pero la subida y la bajada fueron como la noche y el día.
Reacciones
«Fascismo» ha sido la palabra utilizada por el alcalde Maya para calificar lo sucedido. Ha considerado que «estaban esperando a unos concejales en concreto para acosarlos, con una concejala por el suelo tirada porque se ha caído», hechos que a su juicio «ya pasan de castaño oscuro» y que han protagonizado personas de diferentes edades porque «a mi se me ha colado al lado uno con un bigotón canoso que de jovencito poco».
«Fascismo» ha sido el término usado tanto por Maya como por Esporrín
Tenían «odio en la cara», ha sido «casi como un linchamiento», ha añadido, y no ha perdido ocasión de achacar lo ocurrido al «entorno de Bildu» y citar incluso el nombre del exalcalde y candidato a la reelección, Joseba Asiron.
Sin embargo, lo cierto es que EH Bildu ha denunciado las «agresiones» producidas en una nota. Ha dicho que «están fuera de lugar» y que «una cosa es la crítica política y otra es la agresión».
Tras expresar su «solidaridad con todas las personas que han resultado heridas», entre las que alude a «agentes de la Policía Municipal y algún miembro de la Corporación», EH Bildu agradece «el buen ambiente general que se ha dejado sentir durante todo el acto».
«Un ambiente festivo, reivindicativo, que ha estado caracterizado por la participación de los pamploneses y las pamplonesas», afirma antes de «animar a la ciudadanía a disfrutar de las fiestas».
El PSN también ha condenado los incidentes. «Creemos que la discrepancia política es lícita, pero la violencia es inaceptable», ha dicho su portavoz municipal, Maite Esporrín, y muestra la solidaridad del partido con los agentes heridos, a los que desea una pronta recuperación.
La portavoz del PSN asegura para terminar que «estos fascistas agresores no conseguirán distorsionar las tradiciones de Pamplona ni imponer sus posiciones utilizando la violencia», además de denunciar «cualquier politización que se intente hacer de las fiestas».
Idas y venidas
Antes de ese momento que siempre genera especial interés, la mañana ha transcurrido muy tranquila, marcada por las habituales idas y venidas de la Corporación junto a los cargos eclesiásticos.
A las 10 de la mañana, la corporación municipal, encabezada por Maya, ha salido de la Casa Consistorial y, acompañada por la comparsa de Gigantes y Cabezudos, La Pamplonesa, txistularis, gaiteros, timbaleros, libreas y maceros, ente otros, se ha dirigido a la Catedral para recoger al Cabildo. Juntos, se han trasladado hasta la Capilla de San Fermín, desde donde el santo ha salido en procesión por las calles del Casco Antiguo entre los aplausos de los pamploneses.
Con la imagen de San Fermín en la calle han llegado la jota al 'Glorioso San Fermín' en la plaza del Consejo interpretada por la Coral Santiago de la Txantrea, la del 'Pocico' de San Cernin en la que se colocan flores en la peana del Santo al son del 'Agur Jaunak', la jota de Canta et Yanta 'Quieren todos cantar', en la confluencia de San Antón y Taconera, o la jota de Los Amigos del Arte en la calle Mayor.
En torno a las 12.15 horas, el santo ha retornado ya a su capilla en San Lorenzo y ha comenzado la misa en honor a San Fermín, oficiada por el arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, y el Cabildo Catedralicio. Han participado también la Capilla de Música de la Catedral y el Orfeón Pamplonés, entre otros.
Maya: «Txupinazo histórico»
Previamente, el alcalde de Navarra Suma ha hecho una valoración muy positiva de las primeras horas de fiesta. Ha calificado de «histórico» el txupinazo lanzado por Juan Carlos Unzué. «Lo recordaremos siempre, con esa energía que ha tenido», ha dicho sobre el protagonista.
El alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha valorado que el inicio de los Sanfermines de 2022, tras dos años de suspensión por la pandemia, ha ido "muy bien" y ha señalado que el chupinazo lanzado por Juan Carlos Unzué fue "histórico".
El alcalde ha destacado que las fiestas «van muy bien» y ha explicado que le han trasladado que la noche ha transcurrido con normalidad, «ha habido muy buen ambiente, así que muy contento».