Mercedes Ortuño Lizaran (Efe)
Bilbo

La reforma del aborto prohíbe publicitar la gestación subrogada, ilegal en el Estado español

Con la reforma de la ley del aborto aprobada en el Congreso español, queda ya prohibida cualquier publicidad que fomente la gestación subrogada. En el Estado esta práctica está considerada ilegal y se cataloga como «una forma de violencia contra las mujeres».

Queda prohibido fomentar la gestación subrogada, considerada un tipo de violencia.
Queda prohibido fomentar la gestación subrogada, considerada un tipo de violencia. (Getty Images)

El Congreso español aprobaba este pasado jueves la reforma de la Ley de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, comúnmente llamada Ley del aborto. Entre los cambios sustanciales que trae la nueva normativa, destaca la prohibición de publicitar la gestación subrogada, una técnica ilegal en el Estado, y a la que se considera «una forma de violencia contra las mujeres».

Así lo recogen los artículos 32 y 33 de la reforma de la citada ley. También se llevarán a cabo campañas específicas para evitar que se practique.

Si se buscan en internet las palabras ‘Gestación subrogada España’, los primeros resultados que aparecen son anuncios de agencias de intermediación y de bufetes de abogados especialistas en buscar vientres de alquiler en el extranjero. Con la aprobación de la reforma de la ley del aborto dejará de ser así.

Para Miguel González Erichsen, abogado del bufete especializado Universal Surrogacy, «es un ejemplo más de lo mucho que se habla sobre la gestación subrogada y lo poco que se conoce sobre ella».

En conversación con Efe, explica que, a su juicio, se ha promovido «una gran y generalizada incultura» entre «los sectores más radicales, que han confundido lo que es realmente la gestación subrogada, simplificándola hasta un extremo insultante».

Sin embargo, este nuevo paso en la persecución de este método reproductivo va en la línea de lo dictado por la Justicia española: el Tribunal Supremo ha sentenciado en dos ocasiones, en 2013 y 2022, que esta práctica vulnera los derechos fundamentales de la mujer gestante y del niño gestado.

Desde 2006 es nulo cualquier contrato por el cual una mujer se preste a gestar a un bebé para luego, con o sin precio, renunciar a la filiación materna y entregarlo al contratante o a un tercero. Por el contrario, la filiación de los hijos e hijas viene determinada por el parto.

La gestación subrogada es legal sin embargo en otros países y González considera que la «labor de asesoramiento e información» de las agencias y bufetes «seguirá fluyendo, pero lo hará de forma más complicada».

La rapidez del proceso, la mayor baza

«España es uno de los países que está a la cola en el índice de natalidad, el drama de la infertilidad es cada vez más apabullante y más evidente en nuestro país (...). Por más que se le quieran poner límites a esto, la necesidad está ahí», defiende.

Si se quiere evitar este tipo de prácticas, opina, convendría mejorar y simplificar los procesos de adopción. No en vano, la rapidez es la principal baza que juegan las agencias de intermediación.

En apenas unos minutos, tras intercambiar tan solo un par de mensajes con un asesor en línea, cualquier persona puede recibir en su bandeja de entrada información detallada sobre el programa más adaptado a sus solicitudes, que se llevará a cabo en uno de los países, desarrollados o no, en los que esos contratos son legales.

Suelen pasar entre once y doce meses desde el inicio del programa hasta el nacimiento del bebé, si la gestante queda embarazada en el primer intento.

Pablo Bilbao, portavoz de la Asociación de familias de Bizkaia por la gestación subrogada, se afana en explicar su posición y su experiencia personal.

Junto a su pareja, es padre de dos niños nacidos por esta vía en Estados Unidos, y defiende a capa y espada lo que considera una forma más de reproducción asistida.

Describe con naturalidad el proceso, mediante el que se busca que ambas partes estén «en la misma onda» respecto a determinados supuestos durante el embarazo. Como si de una aplicación de citas se tratara, compara Bilbao.

Y resta importancia a la prohibición de la publicidad de agencias intermediarias, pues «la mayoría de las familias» no han recurrido a ellas «para acceder a un proceso de gestación por sustitución en países donde está regulado para extranjeros».