Joe Biden ha sido claro en todo momento en su objetivo de repetir mandato. El escepticismo, tanto por su avanzada edad como por los bajos índices de popularidad, siempre ha llegado desde fuera de la Casa Blanca. Pero el presidente estadounidense lleva décadas en Washington, y siempre ha sido un corredor de fondo: seguramente en su planteamiento vital y profesional ya sería un lame duck (pato cojo, presidente en su último mandato), si hubiera conseguido reemplazar a Barack Obama tras ser su vicepresidente hasta 2016. Pero la tragedia volvió a cruzarse en la familia Biden, con la muerte de su hijo Beau Biden por un glioblastoma en 2015; para cuando el entonces vicepresidente y favorito para ser el candidato demócrata pudo recomponerse, ya era demasiado tarde para lanzarse a la carrera por las primarias.
Cuatro años más tarde, en 2020 también tuvo que competir e imponerse en las primarias demócratas. Esta vez Biden se salta ese largo proceso. De hecho, los candidatos demócratas con posibilidades ya se han apartado de la carrera por las primarias. Algunos, como el gobernador de California, llegaron a realizar actos fuera de su estado (algo importante para pulsar el ambiente en general y, sobre todo, empezar a recaudar fondos). Pero los resultados de las elecciones de medio mandato y la determinación del presidente de buscar una segunda legislatura les ha obligado a pausar ese objetivo inmediato y a pensar en 2028.
En cualquier caso, el partido celebrará primarias; nadie duda de que Biden será el elegido al final, pero si algún aspirante le llegara a hacer sombra podría erosionar el mensaje del presidente de cara a la campaña. En una reciente encuesta, un 14% de los votantes de Biden mostraban su simpatía por Robert F. Kennedy Jr., sobrino antivacunas de John Fitzgerald Kennedy que ya ha lanzado su campaña para las primarias demócratas.
Una repetición del duelo Biden-Trump entusiasma poco a un país muy dividido, pero con ganas de pasar página. Sin embargo, es más que probable que presidente y expresidente vuelvan a enfrentarse dentro de año y medio. La polarización que vive el país parece hacer inevitable repetir las candidaturas de 2020, a menos que el Partido Republicano dé un giro para huir de una imagen extremista que cede la centralidad política a Biden.
Juicio contra Trump por agresión sexual
El expresidente Donald Trump se enfrenta a un nuevo juicio en Nueva York. Se trata de una demanda civil por una acusación de agresión sexual. La columnista E. Jean Carroll denuncia que se encontró con Trump en unos grandes almacenes de Manhattan y que este la inmovilizó en los vestuarios para agredirla. La víctima habría logrado separarse del magnate tras «una lucha colosal».
El plazo de prescripción para denunciar una agresión sexual en Nueva York es de tres años; sin embargo, el año pasado se aprobó una ley que permitió un período de un año para que las víctimas presentaran demandas que de otro modo habrían excedido las limitaciones legales. E. Jean Carroll, que había acusado públicamente a Trump en 2019, presentó la denuncia de inmediato.
Se espera que el juicio por violación dure dos semanas, aunque no es probable que Trump acuda. Sí irán como testigos las dos mujeres a las que E. Jean Carroll contó la agresión. La escritora también tiene otra denuncia contra el expresidente por difamación, ya que Trump la llamó «mentirosa» tras la publicación de sus memorias.