Guatemala vira y anhela una nueva «Primavera» con Bernardo Arévalo
«Viva Arévalo» es el grito más escuchado la pasada noche en Guatemala, donde miles de personas celebraban la victoria del candidato de Semilla, Bernardo Arévalo de León. La persecución jurídica sufrida no ha hecho mella en el anhelo de un cambio en un país harto de la corrupción.
Guatemala ha girado a la izquierda para dejar atrás gobiernos ultraconservadores que se apropiaron del Estado a través de la corrupción. La población desea una nueva «Primavera», en alusión al nombre con el que fueron conocidos los diez años de gobiernos revolucionarios entre 1944 y 1954 en los que se puso fin a los regímenes dictatoriales.
Nadie esperaba hace unos meses que el candidato del Movimiento Semilla, un partido socialdemócrata y minoritario, lograra alcanzar el poder. En la primera vuelta del 25 de junio, Arévalo de León dio la sorpresa tras colocarse en segundo lugar por detrás de la candidata de derechas Sandra Torres. El statu quo se sintió amenazado por la irrupción e hizo lo imposible por impedir que participara en la segunda vuelta. El jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad en Guatemala, Rafael Curruchiche, y el juez del Juzgado Séptimo, Fredy Orellana, se confabularon para sacarlo de la carrera electoral y allanar el camino a Torres.
Para ello, iniciaron una persecución judicial contra al Movimiento Semilla ordenando incluso al Tribunal Supremo Electoral que suspendiera su personalidad jurídica, dejando a Bernardo Arévalo de León sin partido y sin posibilidad de postularse a la Presidencia.
Con lo que no contaban era con que el Estado de Derecho se impusiera gracias a que la Corte de Constitucionalidad impidió la ilegalización de la formación, al menos, hasta que finalizara el proceso electoral. Fracasado este plan, Torres optó por iniciar una campaña propagando mentiras como que estaba a favor del aborto y del matrimonio entre personas del mismo sexo. Asimismo, señaló que Arévalo de León iba a disolver el Ejército y legalizar las drogas en un burdo intento por convencer a la población más desfavorecida y con menor nivel de educación.
Cuando las encuestas ya apuntaban a una más que posible victoria de Arévalo de León, Torres trató de inculcar el miedo del «fraude« para movilizar a sus masas, si bien fracasó. En las elecciones del domingo, el candidato de Semilla no solo ganó, sino que arrasó al aglutinar el 58,01% de los votos superando en 874.000 a su rival, quien ni siquiera ha reconocido aún su estrepitosa derrota en unos comicios con una participación del 45,1%.
No lo tendrá fácil
El cambio en Guatemala ya es una realidad, si bien Arévalo de León no lo tendrá fácil pese a su holgada victoria. La Fiscalía dará sus últimos coletazos antes de la llegada del nuevo Gobierno. Curruchiche ya advirtió que prevé pedir órdenes de captura contra miembros de Semilla e incluso pedir la retirada de la inmunidad del hoy presidente electo para ser investigado por unas supuestas firmas falsas en la inscripción de afilados a su partido en 2018.
El objetivo ahora sigue siendo dejar sin partido político al presidente electo, quien denuncia la existencia de una «persecución política en curso que se lleva a cabo por medio de la Fiscalía y jueces que han estado cooptados corruptamente».
Precisamente, Arévalo de León ha ganado por su promesa de sacar el país del «pantano de la corrupción» al que lo han hundido los últimos gobiernos que no han solucionado ni un solo de los problemas estructurales de Guatemala.