Tres de los cuatro acusados de la muerte de Santi Coca, el menor fallecido en 2019 tras recibir una paliza en el exterior de una discoteca de Donostia, han sido absueltos por el tribunal del jurado encargado del caso, mientras que el cuarto procesado ha sido encontrado culpable de un delito de «homicidio por imprudencia grave».
La decisión se ha conocido a última hora de este martes, y a ella le seguirá la imposición de condena al único declarado culpable.
Se le ha aplicado la atenuante de haber actuado bajo los efectos del alcohol y también ha sido encontrado culpable de un delito de lesiones leves causadas a Iker Coca mientras intentaba proteger a su hermano Santi de la agresión.
Un quinto imputado ya quedó en libertad la semana pasada al serle retiradas las acusaciones en su contra después de que ningún testigo le incriminara en los hechos.
El sexto procesado, considerado por los distintos testigos y algunos imputados como principal agresor, se encuentra huido de la justicia desde meses atrás.
La Fiscalía había mantenido la acusación contra los cuatro procesados citados, argumentando que con la paliza propinada al joven todos ellos asumieron el riesgo de que falleciera, como ocurrió.
Los dictámenes de los distintos forenses arrojaron distintas hipótesis sobre el peso que tuvo la agresión en el fallecimiento del menor.
Para la defensa, la muerte de Coca «fue una desgracia, no un homicidio».
El juicio por estos hechos se ha celebrado en las últimas semanas, desde el pasado 17 de noviembre, en la Audiencia de Gipuzkoa, donde esta noche el tribunal del jurado ha dado lectura al objeto del veredicto que ha supuesto la libre absolución de tres de los encausados.
Al término de la lectura del veredicto, tras la disolución del jurado, el magistrado presidente ha convocado una vistilla en la que las partes han acomodado sus peticiones de condena al fallo conocido esta noche.
Inicialmente, la Fiscalía, la acusación particular, que ejerce la familia de Santi Coca, y la acción popular, que ejerce el Ayuntamiento de Donostia, demandaban quince años de cárcel para los cuatro procesados, pero después del fallo han pedido cuatro años de prisión y una multa para el único condenado, cuya defensa ha solicitado la imposición de la pena mínima por el delito del que ha sido encontrado culpable.
En la parte final de su veredicto, el jurado se ha mostrado favorable a la suspensión de la pena de cárcel que se imponga al acusado declarado culpable, aunque ha rechazado que se solicite su indulto total o parcial.
El abogado de la familia, insatisfecho con el veredicto
Tras quedar el asunto visto para sentencia, Eduardo Ruiz de Erenchun, abogado de la acusación particular, ha dicho que el veredicto no le satisface «en absoluto», aunque ha considerado muy importante que sí se haya considerado que la muerte fue traumática, porque hubiera resultado muy duro para la familia que se planteara que la causa de la muerte no se conoce o que «se sugiera incluso que puede ser natural».
Tras manifestar su «enorme respeto» por la labor del jurado, Ruiz de Erenchun ha dicho que hay puntos de su decisión que no comparte, al tiempo que ha puesto de relieve que «al menos a uno de los imputados se le va a condenar por un delito de homicidio imprudente» y, «aunque el balance no es satisfactorio, por lo menos sirve para que haya un responsable de la muerte».
«Confiamos también en que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado pongan a disposición del tribunal lo antes posible al acusado que se fugó, que pueda tener un juicio y obtener una sentencia condenatoria», ha concluido este letrado.