La Asamblea Nacional francesa ha aprobado este jueves un texto de ley que contempla sanciones para quienes discriminen a una persona en función del color y del tamaño del pelo, una propuesta que busca proteger, entre otros, los cabellos rizados de personas de origen africano.

El texto ha sumado 44 votos a favor y dos en contra y deberá pasar ahora la tramitación en el Senado, de mayoría conservadora, y que deberá dar su visto bueno para que entre en vigor.

El diputado guadalupeño Olivier Serva, antes adscrito al grupo macronista y que hoy trabajada en el grupo de diputados independientes y de representantes territoriales Liot, ha justificado su propuesta en el hecho de que no pocas empresas sigan presionando a sus trabajadores, sobre todo en el caso de mujeres negras, para que corten su pelo, deshagan sus trenzas o alisen sus melenas, tratando de que su imagen encaje mejor en los estándares de la población blanca.

Serva ha remarcado que su texto pretende proteger no solo a «las mujeres negras obligadas a alisarse el pelo antes de una entrevista de trabajo«, sino también «a las personas pelirrojas» y «a los calvos», dando a entender que otros grupos de ciudadanos son objeto de prejuicios en razón de su realidad capilar.

De inspiración californiana

La proposición, inspirada en la norma que está vigente en el estado norteamericano de California desde 2019 (‘Crown Act’), pretende que la discriminación capilar se una a la lista de discriminaciones plausibles de sanciones penales contempladas en el derecho laboral y penal.

La proposición votada este 28 de marzo en París cita un estudio de EEUU que afirma que los cabellos afrodescendientes tienen 2,5 de posibilidades más de ser visto como «no profesionales».

El texto adoptado en la Asamblea Nacional ha recibido el respaldo explícito de ciertas diputadas de origen africano.

«Soy una mujer negra y originaria de Guinea y aquí estoy con mis trenzas», ha proclamado orgullosa la diputada macronista Fanta Berete.