Ramon Sola
Aktualitateko erredaktore burua / Redactor jefe de actualidad

Bayrou, primer ministro: Macron apuesta ahora por un «centrista» bien conocido en Euskal Herria

Tras el fracaso de la vía Michel Barnier, el presidente de la República francesa apuesta por una figura también conservadora y de largo y zigzagueante recorrido próximo: el bearnés François Bayrou. Ya fue su ministro de Justicia en 2017... durante un mes.

Bayrou y Macron, en un mitin en Pau en 2022.
Bayrou y Macron, en un mitin en Pau en 2022. (Bob Edme)

Emmanuel Macron ha vuelto a dar la espalda a la victoria electoral de la izquierda en julio y apuesta ahora por un centrista (líder de MoDem) como primer ministro. Se trata de François Bayrou, muy conocido en Euskal Herria al ser bearnés y entre otras cosas ocupar la Alcaldía de Pau desde 2014 hasta la fecha.

Si con Michel Barnier se optó por un europeísta que ofrecía un plus inicial de respetabilidad dentro de su acentuado conservadurismo, ahora Macron cambia la estrategia y se decanta hacia la figura ecléctica de Bayrou. Pretende con ello ampliar la base del nuevo gobierno y evitar el riesgo de mociones de censura como la que ha acabado con Barnier, votada desde la izquierda hasta la extrema derecha.

No obstante, minutos después de saltar la noticia de la designación La Francia Insumisa de Mélenchon ya ha anunciado una moción de censura y los Verdes también se decantan por ella. Más prudente es la posición dentro del PS, en cuyo seno busca Macron sin duda los votos que le faltaron a Barnier.

Por lo que respecta a la extrema derecha, quien aspiraba a primer ministro antes de las elecciones, Jordan Bardella, ha explicado que mantendrán «las mismas líneas rojas» que tuvieron con Barnier. Este asumió muchas de ellas pero terminó tirando la toalla.

Por el momento, Bardella anticipa que «no habrá una moción de censura a priori» contra Bayrou, a la espera de poder negociar con él la parte que le interese a RN.

Con cuatro presidentes

En la carrera política de François Bayrou hay múltiples giros, lo que le garantiza conocimiento de diferentes sensibilidades políticas pero también numerosos agravios acumulados.

Así, Bayrou acabó mal su relación con otro presidente francés, Nicolas Sarkozy, que le acusó de traición por haber apoyado a Alain Juppé en las primarias de la derecha.

Antes de ello, el bearnés había apoyado a François Hollande, del PS, en las presidenciales de 2012, aunque luego Hollande le dio la espalda al llegar al cargo.

Algo similar le había ocurrido ahora con Macron, a quien pasó a respaldar desde MoDem. El ahora presidente lo convirtió en ministro de Justicia en mayo de 2017, pero solo duró un mes en el cargo. No hubo tiempo siquiera de que desde Euskal Herria se tratara de buscar su apoyo a soluciones para la cuestión de los presos, que empezarían a encarrilarse un año después con el inicio del proceso de acercamientos.

Chirac, Hollande, Sarkozy y Macron han sido «jefes» de Bayrou en un momento u otro, aunque acabó enfrentado con algunos de ellos

 

Bayrou en realidad ya fue antes de todo esto ministro de Educación con Jacques Chirac como presidente, en 1993, por lo que ha trabajado o colaborado de un modo u otro con cuatro presidentes de la República de distinto signo: Chirac, Hollande, Sarkozy y Macron. Y a su vez se ha enfrentado a varios de ellos porque, entre tanto, Bayrou ha sido tres veces candidato al Elíseo: en 2002, 2007 –cuando se quedó a las puertas de la segunda vuelta– y en 2012, antes de aliarse con Macron en 2017.

Pese a presentársele ahora como una figura centrista, originariamente este veterano dirigente de 73 años abanderó posiciones claras de derecha en el ámbito departamental, desde las filas de UDF, partido al que perteneció hasta 2007.

Juzgado y absuelto de malversación

La renuncia al cargo de ministro de Justicia en junio de 2017 se produjo por el inicio de un proceso judicial en el que fue acusado junto a otros miembros de su partido de haber implantado un sistema de empleos ficticios en el Parlamento Europeo incurriendo con ello en un delito de malversación. Quedó absuelto en febrero de este año.

El tribunal consideró que no se había podido probar que existiera un sistema organizado dentro del partido de Bayrou, pero condenó a ocho de sus eurodiputados, incluido el también exministro de Justicia Michel Mercier, por desvío de fondos del Parlamento Europeo.

Bayrou se mostró «aliviado» por esta absolución, que «pone fin a una pesadilla de siete años», y enseguida se puso de manifiesto que Macron contaba con él para planes futuros, que se concretan ahora en la mayor responsabilidad que ha tenido hasta la fecha.

«París bien vale una misa»

Antes de tomar posesión este viernes tarde, recibiendo el testigo de Barnier, Bayrou ya ha hecho unas declaraciones subrayando que «la reconciliación es necesaria», en referencia a las dificultades de gobernabilidad, y apelando a «la unidad en lugar de la división».

Ese nombramiento «llega en el buen momento, porque coincide con el aniversario del nacimiento de Enrique IV», ha dicho en referencia al rey que con la frase «París bien vale una misa» puso fin a las guerras de religión en la Francia del siglo XVI, y del que él es uno de los principales estudiosos.

Toma de posesion

Durante su toma de posesión como primer ministro, Bayrou ha asegurado ser consciente de «la montaña de dificultades» que tiene por delante, «un Himalaya» que le otorga «más opciones de fracaso que de éxito».

«Pero, frente a ello, estoy convencido de que existe un camino inédito, marcado por la voluntad de reconciliación», ha señalado el veterano político, que ha citado la lucha contra el déficit público como su prioridad en un momento de «máxima gravedad».

A sus 73 años, Bayrou ha recordado que la reducción de la deuda del Estado fue el tema central de las tres campañas presidenciales que encabezó y envió un mensaje a sus antecesores por haber olvidado ese problema «durante décadas».

«Tenemos el deber, en un momento grave para el país, para Europa y para el futuro del planeta, de afrontar con los ojos abiertos la situación heredada durante muchas décadas», ha señalado el nuevo jefe del Gobierno, que considera «un problema moral» dejársela como legado a sus hijos.

Bayrou ha insistido en la necesidad de combatir la desconexión entre la clase política y el pueblo y se ha comprometido a responder a los problemas «de los ciudadanos normales, los que trabajan cada día» con una mención especial «al medio rural» del que es originario.