El nuevo primer ministro francés, François Bayrou, ha desvelado este lunes la composición de su Gobierno, un equipo continuista respecto al de su predecesor, Michel Barnier, con pesos pesados de la derecha y del macronismo, y con el exsocialista Manuel Valls en el Ministerio de Ultramar.
La composición del Gobierno no invita precisamente a pensar que su futuro vaya a ser mejor que el de Barnier, después de que ya se anuncien mociones de censura desde la izquierda. Y también parece ir en esa línea el afán de Bayrou de no dejar la Alcaldía de Pau que mantiene desde 2014. Aunque parezca sorprendente, Bayrou quiere compatibilizar ambas responsabilidades, quizás consciente de que su periplo en Matignon podría ser efímero.
La lista de ministros ha sido anunciada por el secretario general de la Presidencia, Alexis Kohler, en el Palacio del Elíseo, y salvo la inclusión de Valls, que solo apareció en las quinielas a última hora, confirma a grandes líneas los nombres que venían sonando durante los últimos días, en los que Bayrou trató sin éxito ampliar sus apoyos.
Borne, Darmanin, Retaileau... y Lombard en Economía
Es el caso de la ex primera ministra macronista Élisabeth Borne, cuyo desempeño estuvo sobre todo marcado por la polémica aprobación de la reforma de las pensiones de 2023 y que vuelve con Bayrou al Gobierno al frente de la cartera de Educación y como número dos del Ejecutivo.
También regresa el extitular de Interior, Gérarld Darmanin, peso pesado del ala más conservadora del macronismo, para hacerse cargo del Ministerio de Justicia.
La fundamental cartera de Economía fue asignada a Éric Lombard, empresario y hasta ahora director general de la Caisse des Dépôts, una institución financiera pública dedicada a actividades de interés general para el Estado y otras entidades territoriales francesas.
La cartera clave de Economía ha sido asignada al hasta ahora director de la Caisse des Dépôts, Éric Lombard
A él corresponderá sobre todo la difícil tarea de elaborar unos nuevos presupuestos de austeridad para 2025, con la meta de bajar el elevado déficit francés (previsto en el 6,1 % del Producto Interior Bruto para este año), lo que fue el escollo que precipitó la caída del Ejecutivo de Barnier.
Valls, quien fue primer ministro de François Hollande (2014-16) y posteriormente dio su apoyo a Emmanuel Macron, vuelve a la primera línea de la política francesa con la cartera de Ultramar, con responsabilidad en la reconstrucción del recientemente arrasado departamento de Mayotte por culpa de un ciclón en el Índico.
El que fuera también concejal del Ayuntamiento de Barcelona y muy combativo con el «procés» estará igualmente al frente de la relación con territorios como Nueva Caledonia, que a mediados de este año vivió una grave crisis social y política.
Aunque muy alejado del actual PS, se considera un guiño a su electorado, al igual que la inclusión de François Rebsamen, también exministro de Hollande y distanciado de la actual dirección, y quien será el nuevo titular de Política Territorial y Descentralización. Las expectativas de Bayrou de no ser descabalgado pasan por atraer algunos votos en este espacio que hagan imposible una moción de censura como la que tumbó a Barnier.
En una entrevista al canal BFMTV, Bayrou ha dicho que ha optado por Valls por ser una figura «audaz», «un poco kamikaze, «una personalidad que no teme el riesgo».
En cuanto al resto del Ejecutivo, sin sorpresas Bayrou mantuvo en su cargo al ministro de Interior del Gobierno precedente, Bruno Retailleau, una figura destacada de Los Republicanos (conservadores) y cercano a la ultraderecha en temas como la inmigración.
También se mantuvieron en su puesto la ministra de Cultura, Rachida Dati; el de Exteriores, Jean-Noël Barrot; el de Defensa, Sébastien Lecornu; la de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher; la de Trabajo, Catherine Vautrin; y la de Agricultura, Annie Genevard.
Bayrou ya ha dado una primer señal de sumisión a la extrema derecha al descartar a Xavier Bertrand, que sonaba para Justicia
Por el contrario, Bayrou ha descartado finalmente a otro dirigente conservador que había sonado con fuerza para ocupar Justicia, Xavier Bertrand (el presidente de la región Norte), pero al que se oponía de manera frontal la extrema derecha de Marine Le Pen, que al igual que con Barnier será clave para la estabilidad del Ejecutivo.
Para descartar esta tesis, en la entrevista el primer ministro ha dicho que realmente ninguna formación estará satisfecha con este equipo, y ha remarca que en ningún caso ha hecho la «alineación» pensando en RN.
Entre las carteras que sí cambian de manos figura la de Deportes, que pasará a estar liderada por Marie Barsacq, quien se ocupaba de gestionar el legado de París 2024. También se incorpora al derechista corso Laurent Marcangeli, que se hará cargo de la Función Pública.
Con estas cartas, la estabilidad del Ejecutivo de Bayrou suena a priori igual de complicada que la de Barnier, incluso aunque logre superar su primera prueba de fuego, que será su discurso de política general el próximo 14 de enero.