Harrera Elkartea ha celebrado en el centro cultural Aldabe, en Gasteiz, su asamblea anual, en la que sus responsables han hecho balance del trabajo desarrollado a lo largo de 2017 para ayudar a la integración social de las mujeres y hombres que han sufrido cárcel o exilio.
En la presentación, el presidente de la asociación asistencial, Sebastian Barinagarrementeria, ha destacado que paso a paso van cumpliendo con el objetivo que se marcaron en 2012 cuando se constituyeron tratando de satisfacer las necesidades de esas personas para que puedan construir su vida de una manera digna.
En cifras, Harrera consiguió el año pasado gracias a un trabajo discreto la integración en el mundo laboral de 22 personas, de las que nueve lograron un contrato fijo en una empresa, once fueron temporales y dos en prácticas.
La organización también otorgó ayudas económicas a 21 personas que no disponían de recurso alguno y aportaciones puntuales a otras 14. Asimismo, ayudaron a legalizar su situación a 13 represaliados, a los que tramitaron el DNI.
Relacionado con las relaciones con la administración, ayudaron a 8 personas para que obtuvieran el carnet de conducir. Otro ámbito en el que la asociación realiza una importante labor es en la asistencia sanitaria, al margen de la que presta la red pública, con un equipo de oftalmólogos, dentistas y sicólogos, a los que acudieron 23 personas.
Barinagarrementeria ha incidido en su saludo a los participantes en la asamblea que es importante hacer balance pero mucho más hacer frente a los nuevos desafíos, los que ha dicho estar seguro de poder conseguir gracias a la aportación de componentes y colaboradores de la asociación. En su opinión, es importante ampliar el número de socios, que ya supera los 2.300.
El nuevo tiempo abierto en Euskal Herria hace que la asociación contemple la salida de prisión o la vuelta del exilio de más personas, lo que va a suponer, en su opinión, que va a ser necesario reforzar y ampliar los recursos de los que disponen.
Barinagarrementeria ha apuntado que queda mucho trabajo que hacer en el conjunto del país, especialmente en Araba y Nafarroa, para afianzar la asociación, aunque ha confesado que es optimista.