La consejera Oregi y el Metro de Donostialdea, de «faraónico» a «respuesta adecuada» en tres años
Ana Oregi, consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno de Lakua, ha defendido el proyecto y ha asegurado que la estimación de pasajeros por año asciende a 16 millones.En 2013 argumentó que la crisis económica y la falta de consenso desaconsejaba iniciar las obras.
Corría el mes de enero de 2013 cuando la prácticamente recién nombrada consejera de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno de Lakua, Ana Oregi, exponía en una entrevista sus opiniones acerca de algunos de los proyectos de infraestructuras que se había encontrado sobre la mesa.
Al mismo tiempo que aseguraba que el TAV seguiría adelante mientras se aparcaba el proyecto de puerto exterior de Pasaia, subrayaba que no contemplaba arrancar las obras del denominado Metro de Donostialdea porque «no es el momento para comenzar proyectos faraónicos».
El Gobierno autonómico anterior, con Patxi López (PSE) como lehendakari, había tratado de forzar la máquina adjudicando dos tramos y clavando unas decenas de estacas por la zona del Antiguo antes de abandonar Lakua. Diputación y Ayuntamiento, con EH Bildu al frente, apostaban por reforzar y mejorar los servicios ya existentes –Donostibus, Lurraldebus, Topo…– y no embarcarse en un nuevo macroproyecto.
Lakua, sin dinero en sus arcas, había tratado de que la Diputación aportase dinero en una infraestructura que no era de su competencia, pero el organismo foral declinó la posibilidad.
En ese marco, Oregi se tentaba la ropa –«no sería responsable por mi parte decir qué vamos a hacer»– pero reconocía que «estamos inmersos en una grave crisis económica» y que «no es el momento para comenzar proyectos faraónicos».
Al argumento económico, la consejera añadía que «falta concertación, no se puede hacer lo que quiera el Gobierno, y es preciso sentarse a una mesa con el Ayuntamiento, la Diputación y los ciudadanos para pensar entre todos el mejor medio de transporte para Donostialdea».
PSE y PP saltaron rápidamente a defender el proyecto. El secretario general del PSE de Gipuzkoa y anterior consejero de Transportes, Iñaki Arriola, aseguraba que la pasante por La Concha permitiría «un incremento exponencial del número de viajeros», pasando de 7 millones a más de 30. El máximo responsable del PP de Gipuzkoa, Borja Sémper, apeló a la «discriminación» en las inversiones respecto a Bizkaia.
Poco después, el Parlamento de Gasteiz, con los votos de PNV y EH Bildu, pedía la paralización del proyecto. En el texto aprobado se indicaba que la solución constructiva «no es la más adecuada para dar respuesta sostenible a las necesidades reales de movilidad».
«El peor ratio de uso del transporte público»
Han pasado tres años, pero la crisis económica continúa lejos de ser un mal recuerdo. Lo que sí ha cambiado son los gobiernos, tanto el foral como el municipal, en ambos casos liderados por la dupla PNV-PSE. Tampoco es excatamente idéntico el proyecto, aunque sigue uniendo Amara con el Antiguo a través de La Concha.
El Kursaal acoge este viernes el III Foro de Movilidad, organizado por el Gobierno de Lakua, y centrado en la «movilidad urbana en base a la tracción eléctrica». En ese foro, Oregi ha defendido que el Metro de Donostialdea ya no es una obra faraónica, sino «la respuesta adecuada a la necesidad de cohesión de la ciudad y sus entornos urbanos dentro de una movilidad sostenible y respetuosa con las personas».
«Aquí tenemos el peor ratio de utilización del transporte público respecto al vehículo privado de las tres capitales de la Comunidad, de suerte que, en Donostia y pese a su buena red de autobuses, el transporte público se encuentra en regresión frente al vehículo privado», ha añadido.
«La estimación de pasajeros/año alcanza la cifra de 16 millones –la mitad de lo anunciado por Arriola en 2013, lo que invita a preguntarse cómo se hacen estos cálculos–. Nuestra idea es unir la red de ferrocarril intercomarcal con una nueva línea por el centro de la ciudad que unirá Irun con Zarautz, sin transbordos, y con acceso al centro de Donostia, esto es, acercar, conectar 400.000 personas por Metro donde los primeros beneficiados son los donostiarras», ha indicado Oregi.
Por su parte, el alcalde Eneko Goia ha explicado que «el proyecto de la pasante del Metro en Donostia supone contar con una línea circular en la ciudad que conectará de forma eficaz barrios que hoy por hoy están alejados, como Herrera o Altza, con el centro y el Antiguo, y permitirá que la ciudadanía donostiarra tenga una parada que les conecte de forma directa con los corredores de Errenteria, Irun y Hondarribia, o de Lasarte, Orio o Zarautz o que un ciudadano de Altza pueda llegar de una forma fácil y cómoda a las Universidades o a Ibaeta».
Las obras ya han comenzado, con la oposición de parte de la población agrupado en torno a la plataforma Sator Alaia, que entiende que al menos una de las tres partes con las Oregi aseveraba que había que sentarse en la mesa, la de la ciudadanía, ha sido dejada nuevamente de lado sin debate ni consulta. No se puede obviar, sin embargo, que otra parte se muestra favorable a la pasante ferroviaria. El asunto no ha hecho más que empezar.