Antonio Álvarez Solís, escritor y periodista colaborador habitual de GARA, nos abandonó hoy hace cuatro años, a los 90 años. Su cita con los lectores y con el periodismo comprometido se mantuvo hasta el final. Su último artículo, «Fe y engaño», se había publicado apenas una semana antes de su muerte, cuando ya estábamos en pleno confinamiento por la pandemia de covid, y en el mismo disertaba sobre ese tema y también hacía una lectura crítica sobre la sociedad y sus gobernantes.
«A mí me complacería, de morir en estos momentos, que me llevaran al campo santo con respeto, no encogido por el rigor engañoso de la autocracia. Quiero morir democráticamente y dejarlo en herencia», se despedía en ese artículo, como si fuera una premonición.
Sin embargo, no fue la última colaboración que nos dejó este «caballero marxista y cristiano del periodismo y las letras libres», como lo definió Fermin Munarriz en su obituario. Cuatro meses después de fallecer, el 20 de julio, se publicó en la sección de Iritzia de GARA y NAIZ «La gente que estaba muerta», su artículo póstumo, donde reflexionaba sobre los horrores que se vivieron durante la pandemia en las residencias de ancianos y sobre el futuro de la humanidad.
Al morir, GARA dedicó toda la sección de Iritzia a Antonio, «embajador ilustrado de la causa democrática vasca». El PDF se puede descargar íntegramente aquí.
Dos años antes, con motivo de su 88 cumpleaños, Álvarez Solís fue entrevistado por Julio Flor para ZAZPIKA. Otra joya que se puede leer en este enlace.